
Paisajes hostiles. El paisaje por el que se adentran Frankie y Rico es solitario y hostil. Un paraje nocturno atestado de chatarra férrica, desperdicios metálicos y abandono. Un extenso cementerio de coches: carrocerías abolladas, otras totalmente chafadas, restos de vehículos apilados en altura... Los agentes de antivicio avanzan por los senderos de tierra que se adentran en ese laberinto desolado. La noche es particularmente oscura en ese lugar, no hay ninguna luz que alumbre sus pasos. Caminan sin prisa adentrándose sin rumbo fijo, en algún lugar de ese amasijo de hierros tienen que estar los traficantes, esperándolos. Frankie viste de gris, pantalón y chaqueta de sport, además de su arma habitual lleva otra pistola escondida, sujeta por una pistolera a la pantorrilla. Rico camina a su lado con traje oscuro, lleva en la mano izquierda un maletín negro con el dinero, la mano derecha expectante por si en cualquier momento tiene que echar mano de la escopeta Ithaca que esconde tras la ...